Exactamente se está utilizando en la construcción de las torres como elemento de unión entre los componentes metálicos y la propia piedra estructural. Aunque la resina epoxi se trata de un elemento con menor presencia, es necesaria para conseguir una buena adhesión estructural que tenga una resistencia mecánica correcta y dure a lo largo del tiempo.
Este tipo de resina es una de las resinas poliméricas más estables. Por ello, es frecuentemente utilizada en las adhesiones estructurales. Su estabilidad dimensional, su resistencia a los agentes químicos y mecánicos hacen que sea la resina perfecta para la construcción de un templo, como la Sagrada Familia.
Además, las resinas bicomponentes permiten tener mayores prestaciones para la realización de estructuras. Todo ello, gracias a la polimerización de ambos componentes a través de la mezcla por poliadición.
El proceso de trabajo es muy específico, ya que se llevan a cabo numerosas pruebas de calidad y registro. En primer lugar cuando llega el material, lo almacenan en un contenedor ignífugo, donde está controlada la temperatura. Ya que la resina epoxi, tiene que conservarse a una temperatura entre los 15-17ºC. Asimismo se realiza un registro de entrada, donde se apunta las características principales del material y su fecha de caducidad.
Cuando se va a realizar el proceso de inyección, primera se realiza un control de la densidad y peso del producto de manera manual. Luego se incluyen los dos componentes en bombas separadas, A y B, y se comprueba se realiza correctamente la dosificación. Tras ello, se lleva a cabo la inyección en las cabezas de tesado teniendo en cuenta la temperatura de las mangueras para conseguir una inyección óptima y fluida.
Al terminar la inyección, la pieza se deja 8 horas a 22ºC y luego pasa a la zona de postcurado durante 24 horas a 40ºC.