La pintura epóxica es un tipo de pintura que se puede dividir en distintos grupos, pero que tiene como característica principal la alta resistencia. Al igual que la resina epoxi, la pintura epoxi está dividida en dos envases, uno que contiene la resina epoxi y otro el catalizador, y se endurece a través de la reacción química entre estos dos compuestos.
Cuando hablamos de su alta resistencia, nos referíamos a qué es una pintura que no se ve afectada por los agentes químicos, como disolventes o aceites, y tampoco por el roce o el peso de vehículos. Aunque está es su característica principal, también podemos destacar su gran adherencia al cemento y que puede llegar a amarillearse por los efectos de los rayos ultravioletas.
Para conseguir que sus características y beneficios queden intactos es importante seguir las especificaciones del fabricante. Sobre todo hay que tener mucho cuidado con la mezcla de los componentes, ya que varía según el tipo y la temperatura.
Gracias a su gran resistencia al agua, los agentes exteriores y los contaminantes químicos, usualmente la encontramos como sistema de protección de materiales como el hormigón o el acero. Por ello, es muy utilizada en barcos, instalaciones industriales y garajes.
La resistencia a los agentes químicos hace que podamos ver la resina epoxi en lugares donde es necesario realizar limpiezas agresivas y desinfectantes, como lavaderos industriales, naves y hasta instalaciones nucleares.
Como puedes observar, normalmente se opta por utilizar esta pintura en lugares, donde se requiere que el material tenga una resistencia extrema. Sin embargo, en la actualidad también se suele utilizar para superficies donde no se quiere realizar un mantenimiento muy continuo, es decir, que por si el material de recubrimiento soporte una gran cantidad de agentes externos.