Aunque parezca que no, el mundo de la construcción es muy complejo. Por ello, esta semana en nuestro blog, te vamos a dejar las características que diferencian al cemento del hormigón.
El cemento es un material muy común en el mundo de la construcción, es la materia prima para hacer derivados de este mismo, como por ejemplo el hormigón, mortero o cementos especiales como los antihumedad, rápidos o refractarios entre otros. Cualquiera de los derivados mencionados no es nada sin el cemento.
El endurecimiento hidráulico del cemento se debe principalmente a la hidratación de los silicatos de calcio, aunque también pueden participar en el proceso de endurecimiento otros compuestos químicos, como por ejemplo, los aluminatos.
Por otro lado, el hormigón es una mezcla de componentes, cemento, arena y grava. Por ejemplo, el mortero se consigue agregando arena al cemento, en el caso del hormigón los materiales que se añaden son piedra triturada o roca y una base de arena. La proporción depende de la finalidad del hormigón, aunque la medida estándar de cemento suele estar en un 15% aproximadamente. Tras añadir agua, la mezcla se endurece originando hormigón armado, uno de los materiales más utilizados en la construcción.
Si tenemos que entrar en diferencias con el hormigón, podemos hacerlo de forma simple. Respecto al cemento, sus elementos siguen siendo los mismos, salvo por las distintas técnicas que se puedan utilizar durante el proceso. Dependiendo de la densidad de sus elementos, el hormigón puede ser ligero, normal o pesado. Otro aspecto diferencial es la utilización de aditivos capaces de acelerar, retardar o colorear el fraguado. Esos aditivos pueden ser fibras, fluidificantes, impermeabilizantes, plastificantes, hidrófugos, entre otros.
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