12th febrero, 2018
A pesar de que a lo largo de tantos años de trabajo en FETASA nos hemos posicionado como una empresa clave del sector de los revestimientos para suelos, queremos hablar también de los que acompañan a un elemento tan importante en el quehacer arquitectónico como son las fachadas.
El aspecto de las paredes exteriores en una vivienda es responsable de la misma, y el revestimiento exterior para la fachada se conoce por su complejidad en cuanto al proceso de aplicación.
Al contrario que el revestimiento interior, no entran en juego factores meramente decorativos u ornamentales ya que la importancia reside en proteger el interior del hogar. A fin de mejorar estéticamente nuestras paredes exteriores, podemos recubrirlas con los diferentes tipos de revestimientos de fachada que nos ofrece el mercado:
- Piedra artificial. Se trata de un revestimiento mas liviano y proporciona un acabado similar en forma, color y textura de una piedra natural. Resisten a la intemperie y pueden colocarse en interior y exterior. Su peso ligero y facilidad de limpieza y mantenimiento la hacen muy atractiva.
- Cerámico. Elaborado a base de arcillas cocidas proceden de piezas de cerámica de diferentes tamaños, espesores, colores y acabados. Entre los puntos que hace atractivo a este revestimiento están el poco mantenimiento, fácil limpieza, aislamiento térmico y acústico resistiendo al agua y humedad.
- Pétreos y calizos. Su creación proviene de materiales como cementos, cales y yesos, que a su vez pueden ser mezcladas con aditivos impermeabilizantes y otros productos consiguiendo un acabado atractivo, máxima resistencia al medio ambiente y larga vida útil. Con estos revestimientos se pueden crear, incluso, lechadas, estucados u hormigonados de diferentes tipos dependiendo del acabado final deseado.
No podemos olvidar revestimientos ligeros como aluminio compuesto, plásticos, acero inoxidable, vidrios, etc. Se presentan generalmente en placas o paneles y su instalación es sencilla, siendo resistentes a la intemperie.
