En la técnica innovadora de la piedra tesada, estructura con la que durante los últimos años se están construyendo las torres de la Sagrada Familia, entra en juego un tercer elemento además de la piedra y el acero inoxidable dúplex, un elemento de menor presencia pero básico en su concepción: la resina.
Un material que funciona como elemento de unión entre los elementos metálicos (es decir, las cabezas de tesado) y la propia piedra estructural.
Ante la necesidad de asegurar la posición de los bloques de acero inoxidable dentro de las piezas de piedra y garantizar una resistencia mecánica correcta y perdurable a lo largo del tiempo, los calculistas que trabajan en la construcción de este monumento prescribieron las características que debían cumplir las resinas epoxi utilizadas en la Sagrada Familia para esta tarea, con el objetivo de que encapsulasen las cabezas de tesado metálicas.
Las resinas epoxi son las resinas poliméricas más estables del mercado, aplicables en adhesiones estructurales, así como en laminación de fibras de vidrio y carbono. Se caracterizan especialmente por una gran estabilidad dimensional y por su resistencia a los agentes químicos, además de por presentar una alta resistencia mecánica. Por lo tanto, eran las resinas idóneas para nuestro templo.
De acuerdo con los requisitos del Departamento de Proyecto de la Sagrada Familia, las principales características que debía presentar este material epoxi en la Basílica eran las siguientes: