Uno de los sectores más importantes en los que se deben tener en cuenta los revestimientos con formulaciones de resinas sintéticas es el alimentario.
De hecho, los revestimientos alimenticios están en alza porque conservan la comida durante más tiempo. Esto permite mantener las propiedades de las materias primas y conservar la calidad de los productos destinados a la ingesta humana.
Así, uno de los depósitos en los que se suelen usar este tipo de revestimientos es en los aljibes. Pero, ¿conoces su historia? Pues hoy en Fetasa te lo contamos todo.
El concepto de aljibe procede de la lengua árabe y alude a una cisterna, de acuerdo al primer significado recogido por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario. Un aljibe, de este modo, es un reservorio de agua que se encuentra instalado a nivel subterráneo.
Por lo general, los aljibes posibilitan el almacenamiento de agua potable. Su estructura apela a materiales que permiten evitar que el agua se contamine y que impiden que se produzcan filtraciones.
Los aljibes surgieron en la época de la Antigua Roma. En aquellos terrenos más áridos, empezaron a construirse depósitos bajo la tierra para almacenar el agua procedente de las precipitaciones. De este modo, cuando no se registraban lluvias, dicha agua podía emplearse para regar los cultivos, cocinar o con otros fines.
Con el correr de la historia, las estructuras de los aljibes se fueron modificando para que estos dispositivos fueran cada vez más eficientes. Muchas viviendas comenzaron a tener sus propios aljibes, de donde los habitantes obtenían el agua que usaban en la vida cotidiana.
Para extraer el agua del aljibe, suele emplearse un sistema de poleas. Estas máquinas simples permiten transmitir la fuerza: la persona tira de una soga que tiene amarrado un balde en el otro extremo y así puede levantar y sacar el agua.